Alejándonos un poco del lógico localismo que estos días invade nuestra visión del mercado, aparcamos al Ibex 35 y su deteriorado aspecto técnico fuera de toda duda para echar un vistazo al mercado en general, en un intento de dilucidar cuál pueda ser el destino más inmediato de las bolsas mundiales.
Nos interesa, sobre todo, a día de hoy determinar si los índices directores de Wall Street se adentrarán también con decisión en la senda bajista, ahondando con ello el escenario correctivo en el que nos movemos. Para ello recurrimos al juego de las correlaciones entre las divisas, las materias primas y las bolsas.
El gráfico diario del contado del Dow Jones Industrial ha cerrado justo en el límite del importantísimo nivel de los 10.000 puntos, relevante no tanto por su redondez como por el hecho de que una pérdida solvente del mismo dibujaría claramente un segundo impulso a la baja en la serie diaria, con todo lo que ello representa al dar un carácter tendencial a las bajadas iniciadas a mediados de enero. El volumen apuesta por el bando bajista y el feo aspecto de la vela dejada hoy no hace otra cosa que presentir ese inicio de un segundo tramo en las caídas.
La pérdida de la zona de los 1.070 dólares por parte del oro y la todavía tímida ruptura alcista de nuestro chivato por antonomasia, el par dólar USA/dólar canadiense, no hacen otra cosa que inclinarnos por la continuidad de las caídas en los mercados en busca de zonas de soporte inferiores como escenario más probable.
¿Cómo afectará esto a nuestro maltratado Ibex 35? Aplicando la lógica, engañosa en más de una ocasión, que dicta que ese adelanto que llevamos en la corrección hará que antes encontremos el punto de reposo, cabría esperar un mejor comportamiento relativo de nuestro índice en ese probable corto plazo correctivo en los mercados en general. El gráfico y los niveles de referencia serán los que marquen el desarrollo de los acontecimientos. Y, como siempre, por aquí intentaremos seguir lo más pegados posible a los mismos.