INDRA, también hay que saber vender

Tan importante como saber comprar lo es saber vender. Las plusvalías latentes que se consiguen con una buena decisión de compra pueden esfumarse delante de nuestras narices si no sabemos cerrar a tiempo la operación y convertirlas en ganancias reales. Indra puede servirnos de ejemplo de cómo entendemos que debe actuarse en estas situaciones.

El valor ha sido claramente recomendado desde aquí desde mediados de noviembre y ya un mes antes poníamos a nuestros lectores tras la pista de una pauta de vuelta alcista. Las plusvalías latentes acumuladas por aquellos que siguieran nuestras indicaciones son considerables y se han obtenido en un corto espacio de tiempo. Ahora, echen un vistazo a la gráfica que adjuntamos y háganse esta pregunta: ¿merece la pena aguantar en el título si la cotización decidiera irse a buscar la directriz alcista que sirve de base a ese canal de líneas azules que marcamos? Estaríamos hablando de casi un euro de caída adicional.

Nosotros entendemos que no. Creemos que un operador, incluso si se trata de un tranquilo inversor de medio plazo, debería vender al menor síntoma de desfallecimiento y, llegado el momento, barajar la posibilidad de volver a entrar en las cercanías del soporte. Las plusvalías ya no serían latentes, sino materializadas en dinero contante y sonante. Nunca sabemos con seguridad cuándo una bajada es una lógica búsqueda de soportes para seguir subiendo o bien se trata de un cambio de tendencia de alcista a bajista.

Así las cosas, y como quiera que no nos ha gustado demasiado la vela diaria dibujada hoy por Indra, considerando los niveles de precio desde los que vienen comprados los que lo hicieran al calor de nuestra recomendación, entenderíamos que cierres por debajo de los 10 euros son motivo suficiente para el cierre de posiciones compradoras. Incluso, si su posición es lo suficientemente grande, entenderíamos llegado el momento de cerrar una parte de la misma a estos precios.

Si el valor sigue subiendo y todo queda en un susto pasajero, mejor que mejor. Pero  más vale prevenir que curar.

Publicidad