Ayer viernes, que nosotros sepamos, nadie cometió un error ortográfico y vendió mil millones cuando realmente quería sólo vender un millón. Ayer viernes, que sepamos, nadie puso en duda la capacidad para hacer frente a sus respectivas deudas soberanas de Francia u Holanda.
Sin embargo, ayer viernes, bancos como ING, Société Générale o Crédit Agricole cayeron entre un 7 y un 8 por ciento, con mucho volumen y después de varios días de caídas acumuladas.
El mercado, que siempre va un paso (a veces, hasta dos o tres) por delante de la realidad, parece estar empezando a descontar que todo esto del efecto contagio de la crisis griega pueda llegar a afectar al sector bancario, incluso en países cuya solvencia no está siendo puesta en duda.
Técnicamente, el aspecto de los tres grandes bancos que citamos no es bueno y esas caídas en vertical con volumen alto aún no marcan un suelo fiable, lo que abona la idea de que las mismas puedan continuar, rebotes puntuales aparte, hasta encontrar niveles de soporte relevantes que cotizan más abajo.
A día de hoy, la hoja de ruta en estos valores pasa por ver a Crédit Agricole enfrentar el sopore de los 8,55 euros y, si se pierde, acaso camino de los 7,20. Si los 32,20 euros no consiguen parar la caída en Société Générale, el precio bien pudiera acabar dirigiéndose a testear el soporte de los 28 euros. Por su parte, ING, una serie que prometía, tiene en la zona de los 5 euros el primer gran soporte que enfrentar a los bajistas y, si el mismo sucumbiera, podría llegar a tener un euro de caída adicional antes de encontrar un sostén fiable.
Otra vez la banca se erige en el sector protagonista. Seguiremos los acontecimientos.