Si va a haber rally de Navidad en USA, Apple y Google

La cuestión aparece claramente planteada desde el principio, para que nadie se llame a engaño. Si los americanos consiguen sacudirse en estas últimas semanas del año los temores al abismo fiscal y deciden tirarse al barro de las compras navideñas, estos dos gigantes del sector tecnológico, especialmente castigados estos últimos meses, serían dos buenas apuestas para intentar aprovechar el regalo bursátil que Santa Claus nos pueda traer.

Parece que los índices directores de la bolsa de Nueva York intentan dejar atrás todo este tema del fiscal cliff (cuya solución final aún no está del todo clara) y la  mejor manera de hacerlo es zambulléndose de lleno en el espíritu navideño, lo que en bolsa equivale a tirar de las cotizaciones hacia arriba en lo que queda de año y las primeras semanas del que viene.

Apple se encuentra en una inmejorable situación técnica, justo intentando rebotar desde esa directriz de medio plazo que marcamos en azul en la gráfica adjunta. Si en condiciones normales recomendaríamos a nuestros lectores diferir las compras hasta ver cómo se superan en cierres los 604 dólares, en estas fechas tan entrañables que se aproximan preferimos jugárnosla desde ya mismo. Con un stop de protección para trading en cierres diarios por debajo de los 505 dólares, dejaríamos que el mercado repartiera suerte.

En cuanto a Google, si consigue cierres por encima de los 705 dólares, estaría dibujando un segundo impulso al alza en velas diarias tras apoyarse en la zona de soporte que cotiza en los alrededores de los 635 dólares. La gran vela bajista del 18 de octubre supone toda ella una gran zona de resistencia para el precio, y quizá su parte alta, en la zona de los 750 dólares, pudiera ser el destino para la cotización en el corto plazo.

Nos resistimos a creer que este año no habrá rally de Navidad en la bolsa neoyorquina. Los efectos dañinos del abismo fiscal, si finalmente se acaba materializando, serían de largo alcance, y lo que ahora toca es aparcar la cuestión y dejarse llevar por la ilusión del corto plazo. Viene la  Navidad y todo incita a las compras, ya habrá tiempo de vender.

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