He de confesar que me ha sorprendido el buen comportamiento relativo de este valor en un mercado tan tocado como el español, o dicho de otra forma, he de admitir que me equivoqué con este título. La verdad es que, tanto por su pertenencia a un sector especialmente debilitado en el corto plazo como por su fuerte indexación en el Ibex 35, no hubiera apostado por ver a Repsol luchar, como ha hecho hace unos días, por superar esa zona de resistencia que supone la línea roja del gráfico diario adjunto (serie de la izquierda).
Desde septiembre del año pasado, esa línea roja ha mostrado su obstinada capacidad para frenar todos los intentos de continuidad alcista en la petrolera. Y hace unos días la memoria del mercado ha vuelto a funcionar, haciendo retroceder nuevamente a la cotización.
Atendiendo a la gráfica intradiaria de corto plazo (serie de la derecha), aún no se ha roto nada. Habría que ver cierres diarios por debajo de los 18 euros, y sobre todo por debajo de los 17,50, para entender que se ha producido un verdadero deterioro técnico del corto plazo. Cumplidas estas premisas, el mantenimiento de un alcismo de medio plazo pasaría por el respeto de la directriz alcista azul del gráfico diario y, en mayor medida, por no perder en cierres el nivel de los 16,60 euros.
Hasta que alguna de las premisas expuestas no se cumpla, cabe seguir pensando en haber visto un pull back a la línea naranja superada al alza y en una continuidad de las subidas. Sólo un escenario correctivo en los mercados mundiales podría dar alas a los bajistas. Y precisamente este elemento externo a la serie, pero no por ello menos importante, es, a estas horas, el que nos impulsa a pedir prudencia a los lectores y disciplina en los stops a los que vengan comprados desde abajo.
