SOVEREIGN BANCORP. De momento, bajismo y poco más

Bastó que Emilio Botín pusiera sus ojos, y también su dinero, en este banco estadounidense para que el pequeño inversor español, al que tanto le cuesta cruzar en sus inversiones las fronteras peninsulares, comenzara a fijarse en el valor. Me consta que algunos siguieron en su momento el ejemplo del banquero cántabro y acabaron convirtiéndose en accionistas de la entidad, igual que me consta que todavía hay quien tiene ganas de entrar en el título.

La idea que subyace en todo esto es bastante elemental: si un hombre que ha demostrado tan buen ojo para los negocios como Botín compra Sovereign a 27 dólares, y el título cotiza a menos de 10 dólares, esto tarde o temprano tiene que tirar para arriba con fuerza.

Ya hace algún tiempo dediqué mi tiempo a cuestionar el mito de las manos fuertes, escribiendo un artículo en el que básicamente exponía dos ideas que siempre deben tenerse presentes: la primera, que el hecho de manejar ingentes cantidades de dinero no es necesariamente sinónimo de acierto eterno en las inversiones; y la segunda, que los motivos por los que, por ejemplo, el Santander compra un banco como éste a 27 dólares poco tienen que ver con el ánimo de obtener plusvalías en un período de tiempo más o menos largo, que es el que anima las inversiones de los pequeños operadores, sino que obedecen a cuestiones de estrategia y/o expansión empresarial que se nos escapan.

Sea como fuere, aquí toca ceñirnos al gráfico, trayendo hoy una de esas composiciones que permiten ver de una tacada todos los plazos de inversión posibles. Tanto en la visión semanal como en la diaria la conclusión no puede ser otra que bajismo sin señal de vuelta alguna.

Para los amigos de los plazos muy cortos y para los amantes de jugar a coger los movimientos desde incluso antes de manifestarse convenientemente, dejamos el guiño que suponen esas últimas velas diarias, con cuatro sesiones de subidas en las que se han dejado dos huecos alcistas.

Personalmente prefiero jugarme el dinero en otros muchos valores, pero si alguien sigue empeñado en emular a Botín, al menos que no olvide poner el stop de protección en alguno de esos huecos mencionados. Y puestos a elucubrar: quizá un poco antes de los 10 dólares decida dejarnos algo así como un hombro derecho. Ya se verá.

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