TELEFÓNICA, estrella fugaz en gráfico semanal

telefonica-semanal-20-11-2009El mercado lo mueve el dinero. Bueno, más bien es la ambición de ganar dinero la que mueve las bolsas. Y la ambición, como el miedo o la euforia que la acompañan, no son otra cosa que manifestaciones de la sicología humana. Las debilidades y virtudes de millones de mentes conforman eso que llamamos sicología del mercado.

En otro tiempo, cuando uno aún encontraba fuerzas para hacer proselitismo del análisis técnico, siempre me gustó hacer notar la importante carencia que aqueja al análisis fundamental y que no es otra que el desprecio absoluto que hace del factor humano en el comportamiento del mercado.  Esta carencia, si bien no lo imposibilita del todo como método de inversión, sí lo deja bastante cojo. Y es que precisamente en el reflejo de la sicología del mercado es donde radica la base del análisis técnico, o al menos de una parte de él. Si el chartismo o el candlestick han sobrevivido tantos años (siglos) a las diatribas de los economistas o a la irrupción de las matemáticas (indicadores) es porque, en el fondo, son el mejor reflejo del motor que mueve los mercados, y que no es otro que ese deseo de ganar dinero por parte de millones de personas.

¿A qué viene todo esto?, se estará preguntando el lector. Pues digamos que es una puesta en situación, quizá algo grandilocuente, de esa pauta de velas japonesas dibujada por el gráfico semanal de Telefónica. Esa estrella fugaz en zona de resistencia es una vela potencialmente bajista, o de las que marcan un techo temporal de mercado, que, sin embargo, necesita de una confirmación en semanas venideras.

La sicología que encierra la pauta es la de una pérdida de control de la situación por parte de los alcistas. Éstos, confiados en sus fuerzas y en la tendencia previa, abren la negociación al alza, incluso con hueco de apertura respecto al cierre anterior. Durante buena parte del desarrollo de la vela su dominio es tal que se marcan nuevos máximos sin mayores problemas. Sin embargo, en un momento determinado, su control se tambalea y se produce un contraataque bajista que genera una oleada de ventas. Esta pérdida de control es tal que se acaba cerrando en mínimos de toda la banda de precio negociada o muy cerca de esos mínimos, quedando el cierre incluso por debajo del cierre de la vela previa. Los restos de ese ejército alcista derrotado y en retirada quedan reflejados en la sombra superior alargada.

Se necesita, como hemos dicho,  ver una confirmación de ese cambio de papeles en velas venideras. Pero conviene no perder de vista esa estrella fugaz. Quizá los bajistas hayan pedido un deseo y, si el cielo se muestra propicio, toque un retroceso hasta algún nivel de soporte relevante. El primero cotiza en los 18,35 euros.

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