El día 6 de octubre de 2.008, lunes para más señas, los mercados mundiales asistieron a una apertura dominada por el pánico bajista, dejando significativos huecos a la baja en los principales índices. Esa semana que comenzaba de esa manera acabaría con pérdidas de un veinte por ciento en la capitalización de los índices americanos. Eran tiempos en los que el papel quemaba en las manos y parecía que el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina.
Wall Street dejó aquel día zonas de resistencia horizontal marcadas a fuego en sus gráficos. La del S&P 500 cotizaba en los 1.105,9 puntos y la del Dow Jones Industrial los 10.335 puntos, cierres ambos de la sesión anterior (hablamos de niveles de precio de los cfd´s, pero no difieren especialmente del contado).
Ahora, más de un año después, ambos índices se encuentran intentando superar al unísono esas cotas, habiendo querido el destino además que este importantísimo momento deba coincidir con el intento de superar la directriz bajista primaria, justo la iniciada con los máximos históricos.
Es curioso observar cómo el S&P 500, que se había adelantado hace unas semanas en el intento de superar su hueco bajista, ha esperado al Dow Jones Industrial, para intentar dibujar conjuntamente esta superación que hoy mismo ha estado a punto de producirse.
Creo que ha quedado suficientemente bien planteado lo vital del momento técnico que atraviesan las bolsas. La recuperación de un gran mercado alcista, el inicio de una corrección proporcional a lo mucho que se ha subido estos últimos meses o lo que haya de pasar dependerá de cómo acaben dibujándose esos gráficos semanales que hoy traemos. No tiene que ser necesariamente esta semana, pero tampoco parece que la solución se haya de retrasar demasiado.
Ahora, más que nunca, seguiremos los acontecimientos.
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