Mientras nuestro Ibex 35 muestra su impotencia para dejar atrás esa línea violeta del gráfico adjunto, y que viene a cotizar en la zona de los 11.200 puntos, los índices directores de Wall Street gozan de una salud alcista envidiable, escenificada en el respeto de esas directrices alcistas más aceleradas, las cuales, por hacer algo más de hincapié en la comparación que nos sirve de título, también coloreamos de violeta.
Cuanto más empinada es la cuesta, más necesario parece realizar un cambio de piñón que impida a este mercado sufrir una pájara en forma de corrección acelerada. La verdad es que Wall Street está pidiendo a gritos, como poco, el dibujo de una zona de congestión que sirva para buscar argumentos adicionales que tomen el relevo de los que han propiciado este tramo sostenido al alza y que deben andar ya algo gastados.
Pero no se discute con el mercado, por más que andemos vigilantes ante la eventualidad de tener que cerrar los largos que vienen desde abajo en cualquier momento, y parece que los pintores andan empeñados en tocar literalmente esas líneas superiores tan cercanas al precio.
La historia de nuestro índice es distinta y salta a la vista. Los 11.200 puntos primero y, sobre todo, los 11.445 puntos después son las cotas que deben superarse para dar por acabada la corrección iniciada a comienzos de año. Cada vez vemos como más probable el que se dé la peligrosa combinación de que los índices americanos decidan corregir justo cuando nuestro Ibex intente superar sus particulares resistencias. Las consecuencias de esta combinación, caso de producirse, parecen, sobre el papel, peligrosas para nuestro mercado y sus valores directores. En fin, de momento son sólo elucubraciones.
Seguiremos los acontecimientos.