Tres sencillas reglas para operar en bolsa

A la bolsa se puede acudir a la aventura, nada lo prohíbe, aunque uno tiene muchas posibilidades de salir trasquilado, o puede también intentar seguir unas reglas mínimas que, si bien no le garantizarán el acierto total en sus decisiones de inversión, al menos le pondrán en el buen camino a poco que las circunstancias del mercado sean favorables.

No busquen en las líneas que siguen unos consejos con lo que obtener rentabilidades espectaculares en poco tiempo. No esperen que les vayamos a ofrecer esa pócima maravillosa capaz de asegurar un cien por cien de operaciones ganadoras. Desconfíen de quienes les ofrezcan algo parecido. No existen esos consejos infalibles ni esas pócimas mágicas; y, si alguien los tiene, pueden estar seguros de que no los va a compartir con ustedes tan alegremente.

Ni siquiera pretendemos desglosar todo un método de especulación medianamente aceptable y que se haya mostrado rentable en los últimos años. Se trata simplemente de darles tres pautas muy simples, que a nosotros nos han funcionado y, aunque no nos han hecho ricos, nos han permitido seguir vivos en esto de la bolsa en las maduras… y en las duras. Son tan simples que a menudo se olvidan. Buscamos lo enrevesado, el último grito en indicadores, el algoritmo que todo lo puede y todo lo detecta. Nos afanamos en un imposible y nos olvidamos de lo básico: la bolsa la mueve la sicología humana, la de los millones de operadores que cada día toman millones de decisiones de inversión.

No creo que ningún método pueda medir con exactitud meridiana todo eso ni estimo que exista fórmula matemática capaz de cuantificar las debilidades humanas. Y es que nuestras debilidades son las debilidades del mercado.

Les dejamos con nuestras tres sencillas reglas. Si lo prefieren, por darle algo de glamour financiero al asunto, lo llamaremos el método TOP.

 

Tendencia: Busquen siempre títulos en los que el sentido de los precios coincida con el sentido de su operación. Se compran valores alcistas y se venden (o no se compran) valores bajistas.

Cabe la posibilidad de que un activo bajista describa una pauta de vuelta al alza, convirtiéndolo en idóneo para la operativa compradora. Aun así, les aseguro que este tipo de compras suelen resultar un fiasco en un porcentaje bastante mayor que el de las compras en valores alcistas. Puede haber más a ganar, y no sólo dinero (pillar una vuelta al alza desde sus comienzos produce un extraño placer en los operadores), pero también hay más dificultad.

No dude, pues, en pedirle a los precios pruebas del nueve adicionales que nos acaben por convencer de la bondad de esas formaciones que aconsejan comprar títulos bajistas.

En el valor que nos sirve como ejemplo (DIA), queda fuera de toda duda la tendencia alcista de la serie y la idoneidad del título para las compras.

Oportunidad: Se compran valores alcistas, pero no a cualquier precio. Lo ideal sería comprar en soporte y vender en resistencia, y continuar en esta dinámica hasta el final de los tiempos. Un ideal, eso sí, no siempre fácil de llevar a la práctica.

Un precio en soporte, en una serie alcista, es una invitación a poner al título en el punto de mira. Si el giro al alza se concreta, toca comprar. Una técnica que suele funcionar bastante bien consiste en situar en la superación de un determinado nivel de resistencia de corto plazo la señal de compra. En la gráfica que nos sirve de ejemplo, pueden ver cómo DIA era merecedor de ser puesto en el punto de mira al tocar la directriz alcista, sirviendo la reciente superación de la línea roja que se marca como señal de compra definitiva.

Protección: Si cuando conduce, se pone el cinturón de seguridad, aunque no tiene intención alguna de tener un accidente, ¿por qué cuando invierte en bolsa no protege su inversión? ¿Acaso se cree tan listo que no tiene en cuenta la posibilidad de cometer un error? Y, cuando el mercado le demuestra que se ha equivocado, ¿por qué adopta la estúpida actitud de aguantar el chaparrón y pensar que el paso del tiempo mitigará los dañinos efectos de su equivocación? ¿Por qué condenar ese dinero al olvido y a no volver a servir para generar plusvalías?

Nos equivocamos, todos, sin excepción. Sólo los que nunca invirtieron realmente en bolsa, pueden decirle lo contrario. Fije un nivel de precio, siguiendo algún criterio lógico (nuestra lógica es la que dicta el análisis técnico) y no meramente por una diferencia porcentual respecto al precio de entrada, y, si la cotización lo pierde en cierres, venda y a otra cosa.

En el ejemplo, DIA nos ofrece todo un reguero de soportes de corto plazo que pueden servir para tal fin. Los recientemente superados 4,95 euros, los 4,80, los 4,70, la propia directriz alcista… Cada inversor debe elegir su particular nivel en el que colocar el stop inicial de protección, dependiendo de su perfil y del margen que esté dispuesto a concederle al mercado. Igualmente, no todos los títulos se merecen la misma confianza: no es lo mismo un chicharro que un blue chip.

Es mejor ser consciente del error y atajarlo a tiempo que convertirse en un triste pillado.

 

Pues bien, aquí tienen nuestro método TOP. Por supuesto, todo operador se aleja de vez en cuando de la reglas, pero siempre lo hace siendo muy consciente de lo que hace. Nosotros mismos hemos propuesto no hace mucho compras en valores bajistas como Antena 3 o Faes. Salieron bien, pero podrían haber salido mal, para lo cual ya estábamos preparados con la consabida protección.

Sólo los que siguen una regla, pueden dejarse seducir ocasionalmente por las excepciones.

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