Impresiones al cierre: bendita sea la tecnología, que nos aguanta ahí arriba

Cuando el Eurostoxx, el Nikkei e incluso el Footsie londinense pueden adjetivarse sin temor alguno como índices alcistas en fase correctiva en el corto plazo, aún está por decidir si el S&P 500, la madre de todos los índices, o el Dax alemán, el padre de todas las bolsas europeas, se suman a la fiesta correctiva con la debida decisión.

Sin la participación de estas estrellas, la verbena bajista quedará bastante deslucida y no creemos que pueda prolongarse hasta altas horas. Un concierto en el que sólo toquen los teloneros no llega a ser un concierto propiamente dicho. Mientras el S&P 500 no pierda convincentemente ese canal alcista de nuestro gráfico de cabecera o el Dax no cruce a la baja su particular línea roja, la melodía bajista no quedará en otra cosa que un mero tarareo.

La clave para que esto sea así radica, en nuestra opinión, en la tecnología. Una vez más, y van muchas en los últimos lustros, los índices tecnológicos marcan el camino de los mercados mundiales. Con el Nasdaq 100 insistiendo en marcar nuevos máximos, aquí no puede hablarse de corrección con mayúsculas. Digamos que algunas bolsas han sufrido un leve desfallecimiento.

Un caso aparte constituye nuestro Ibex 35 y sus valores directores. Si tuvo el dudoso honor de no sumarse al festín alcista vivido desde comienzos de febrero, ahora se ha adentrado con decisión en la senda correctiva, dejándose 800 puntos en la última semana.

Si siempre podemos encontrar argumentos para buscar oportunidades de inversión más allá de nuestras fronteras, los últimos meses han hecho que  lo oportuno comience a convertirse en necesario. Que algún día nuestro mercado despertará de su letargo, es una verdad sin fecha de nacimiento. Que algún día el dinero, el de verdad, ése que marca las tendencias, considerará que ha llegado la hora de comprar lo español, es una certeza cuya concreción está por determinar. Verdades y certezas que llegarán, aunque aún no sabemos cúando.

En este lado del mercado, si sólo se opera al alza, toca paciencia y seleccionar muy bien las entradas. Valores alcistas los hay (Inditex o Técnicas Reunidas son ejemplos de ello), el problema es que son pocos y habitan en territorio hostil.

Al menos, desde el punto de vista del trading cortoplacista, podría incluso haber argumentos para la apertura de largos en Telefónica y Santander, no tanto por el alcismo inexistente, cuanto por la cercanía a niveles de soporte relevante, como lo son los 16,90 euros de la primera o los 9,85 euros del segundo. No son motivos poderosos, como los que se puedan encontrar en otras latitudes, pero es lo que hay.

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