Ibex 35 y valores directores de la bolsa española: ¿tuvimos una ruptura falsa?

En las últimas semanas de 2009 y las primeras de 2010 Santander y BBVA rompían al alza sus respectivas directrices bajistas primarias en gráficos semanales. El Ibex 35 les acompañaba tímidamente en este viaje y Telefónica no llegaba a completar la faena. Finalmente, lo que parecía una prometedora ruptura de la resistencia dinámica con mayúsculas, se convirtió en un efímero paseo más allá de sus dominios, para acabar reintegrándose a la disciplina bajista con la contundencia que se vio a comienzos de este año.

¿Fue lo visto en los dos grandes bancos y en el Ibex 35 una ruptura falsa? Aunque nos interesan sobremanera las opiniones de nuestros lectores al respecto, nos van a permitir primero que expongamos algo de teoría chartista sobre el tema y que esbocemos alguna consideración que estimamos necesaria.

Una ruptura falsa es, por definición, aquel movimiento que conlleva el cruce, al alza o a la baja, de una resistencia o de un soporte, ya sean horizontales o dinámicos (es decir, directrices alcistas o bajistas). Esta ruptura de la resistencia o la pérdida del soporte, que para un chartista entrañan una señal de compra o de venta, lejos de tener continuidad, no duran más allá de unas pocas velas, retornando la cotización a los niveles de precio anteriores, aquéllos que se sitúan por debajo de la resistencia o por encima del soporte en cuestión.

Se trataría, pues, de una excepción a la regla chartista que dicta que toda ruptura entraña una señal operativa y el comienzo de un movimiento sostenido en el sentido de la misma.

Los detractores del análisis técnico han hecho no pocas veces bandera de esta figura, azuzando con ello sus críticas a este método de análisis y especulación que es el chartismo. Los chartistas, por contra, haciendo de la necesidad virtud, hemos intentado convertir la propia excepción en una regla más, estableciendo una serie de criterios que, de estar presentes en cualquier ruptura, pudieran estar avisándonos con antelación de su falsedad.

Las pruebas del nueve (señales adicionales que deben acompañar a la ruptura para considerarla buena) que por aquí tanto solemos establecer o el comportamiento del volumen en el momento de la rotura son algunos de esos parámetros que valorar para intentar discernir entre lo falso y lo auténtico. En el caso que nos ocupa, lo cierto es que el volumen no nos engañó. Echen un vistazo a los gráficos de BBVA y Santander y observen cómo claramente la media de volumen está girada a la baja en el momento de la ruptura alcista: el dinero no mostró entusiasmo alguno en el movimiento, sino todo lo contrario. Justamente, la media de volumen sólo vuelve a girar al alza en el posterior movimiento de retroceso que reintegra la cotización a la disciplina de la directriz bajista.

Así las cosas, la cuestión de fondo en todo esto, y sobre la que nos encantaría conocer opiniones al respecto, es la siguiente: si esos movimientos que marcamos constituyeron una ruptura falsa en toda regla, la directriz bajista primaria sigue vigente y, lo que es más importante, la cercanía que ahora presentan las cotizaciones a la misma podría estar avisándonos de que en cualquier momento se producirá un nuevo retroceso contundente, ante la imposibilidad de superar una resistencia que sigue viva.

Un tema interesantísimo y unos gráficos (está mal que yo lo diga, por ser el editor, pero es lo que me parece) dignos de ser enmarcados e incluidos en ese gran manual chartista que aún está por escribir.

Se admiten opiniones.

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